Cambios físicos de las mascotas en primavera
Especial atención a insectos y parásitos
La floración y la consiguiente polinización incrementa la presencia de insectos, garrapatas o pulgas, parásitos que aparecen en primavera y que se adhieren al pelaje de las mascotas causando problemas dermatológicos, anemia y otras enfermedades peligrosas.
Una de ellas es la Leishamniosis. El mosquito que la porta está mucho más presente en el ambiente y puede transmitir tanto a las mascotas, como a las personas, esta enfermedad. Los síntomas más frecuentes en animales suelen ser la pérdida de pelo, crecimiento anormal de las uñas, heridas que no terminan de cicatrizar, inflamación de los ojos, atrofia muscular cansancio, adelgazamiento… Los collares antiparásitos y los repelentes pueden ayudar. Además, existen vacunas para la inmunización activa de perros negativos a leishmania, que se inyectan a partir de los 6 meses, para reducir el riesgo de desarrollar una infección activa.
Cambios psicológicos a consecuencia de la primavera
Otra de las consecuencias de la llegada de la primavera en los animales, es que se pueden alterar más debido al aumento de las temperaturas y los cambios hormonales que sufren, y que tienen efectos en su salud. Pasan más tiempo en la calle, pero también padecen los estragos del aumento de la temperatura. Por esa razón, se pueden mostrar más apáticos y decaídos, con una acusada sensación de cansancio. Hay más horas de luz y pasan más tiempo despiertos; esto es, duermen menos. Además, su metabolismo también cambia: se hace más lento, lo que influye en su estado de ánimo. Incluso puede ser que tengan menos apetito, pese a que hacen más ejercicio, aunque este efecto no es común y demasiado frecuente.
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